En lo esencial estemos de acuerdo, en lo no esencial tengamos libertad.

Con esta frase del Conde Zinzendorf resumimos nuestro "ser inclusivos" tal como Cristo mismo lo fue. Lo esencial nos une y nos une eternamente. Para cualquier tipo de relación el milagro de descubrir qué es lo esencial y qué no lo es supone gran parte de la garantía de estabilidad y sanidad. Descubrirnos unos a otros en una gran diversidad de expresiones espirituales, sabiéndonos unidos por un Solo Cristo, representa una de las fortalezas de nuestra comunidad.

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